Momia de perro de 3.500 años encontrada en la tumba del antiguo faraón egipcio

En un descubrimiento notable en el Valle de los Reyes de Egipto, los arqueólogos han descubierto los restos momificados de un perro de 3.500 años de antigüedad, que se cree que fue un querido compañero del faraón Amenhotep II. El perro, que fue enterrado con un collar, un cuenco de agua y un frasco de perfume, fue encontrado dentro de la tumba conocida como KV50, o “Tumba de los Animales”.

La tumba, que durante mucho tiempo se pensó que estaba dedicada al entierro de animales, proporciona una visión poco común del estrecho vínculo entre los gobernantes del antiguo Egipto y sus mascotas. Los restos momificados del perro fueron descubiertos cuidadosamente conservados en la tumba, mostrando un nivel de reverencia y cuidado típicamente reservado para los súbditos reales y la élite.

Los expertos creen que el perro era una de las mascotas del faraón debido a la proximidad del KV50 a la tumba real de Amenhotep II, que reinó en Egipto desde 1427 hasta 1401 a.C. El entierro del animal, junto con objetos personales como su collar y un frasco de perfume, sugiere que no era sólo una mascota sino que pudo haber tenido un significado especial en la corte real.

El Dr. Ahmed Fathy, arqueólogo principal del proyecto, comentó: “El descubrimiento de este perro momificado es un hallazgo extraordinario. Habla de la relación única entre el faraón Amenhotep II y sus animales, una relación que quizás era más compleja y afectuosa que previamente lo entendíamos.”

Los artefactos funerarios del perro, incluido el perfume, apuntan a la posibilidad de que el animal haya sido considerado una figura importante o sagrada en la vida del faraón. Este tipo de momificación suele estar reservado para humanos o animales de gran importancia, a menudo asociado con rituales, favores divinos o compañía personal.

El Valle de los Reyes, famoso por ser el lugar de descanso final de muchos de los faraones más poderosos de Egipto, continúa generando descubrimientos que ofrecen información invaluable sobre la cultura, las creencias y las prácticas del antiguo Egipto. El hallazgo de la momificación de este perro añade una nueva capa a nuestra comprensión de cómo las mascotas se integraron en la vida real en el antiguo Egipto.

A medida que los equipos de excavación continúan estudiando la tumba, esperan descubrir más pistas sobre la vida y la época del faraón Amenhotep II y su relación con los animales que tenía. El descubrimiento de este perro momificado añade otro capítulo a la rica historia de los gobernantes de Egipto y su profunda conexión con los animales que amaban.

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